Me llegó, irremediablemente, la inspiración de mi segunda novela:: "Perfume de Azahar".
Cuando cumplí quince años me presenté, acompañada de mi padre, en la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Valencia. 

Quería ser policía, lo tenía muy decidido, quizás tuviese la culpa el abuelo materno. Siempre nos contaba a todos los nietos y nietas sus andanzas con su amigo, el inspector Barrios.

Una vez tuve la entrevista con el mencionado inspector, se difuminó la ilusión. En cinco años más, después de finalizar los estudios, con veinte años, me esperaría una mesa de despacho, de patrullar, ni hablar. Según salíamos de la Jefatura, le dije a mi padre que ser secretaria no era lo mío.

Ahora, ya de adulta, he pensado que mi abuelo pudiera ser que fuese policía secreta, porque se ausentaba de casa durante largas temporadas y volvía al pueblo por un tiempo corto. De nuevo su ausencia. Nadie hablaba del tema ni preguntaba tampoco. Ese misterio a los ojos de un niña perspicaz, hizo que se me despertara la vena policíaca.

"Perfume de Azahar", surge en mi mente al querer comprender el trabajo tan duro que envuelve al mundo policíaco. He querido adentrarme en el alma y pensamiento de un cuerpo que siempre me ha fascinado.

 Y como en toda trama policíaca debe suceder un acto extraordinario para ser aclarado, en la mía he querido caminar del final al principio del horrible crimen. Volviendo al pasado y entrelazándolo con el presente. Les he dotado a todos los personajes de una voz muy humana, para que podamos entender ese complicado mundo en el que se desenvuelven sus días.

Quiero contaros cómo surgió el momento de la creación de mi primera novela: "El valle de la marquesa". A cada uno nos llega la inspiración por un canal distinto. A mí primero me invadió la mente una profunda idea de deseo de vuelta a un pasado ya desaparecido. Se me fijó de una forma insistente, y aunque había días que no le prestaba atención, seguía ahí sin que yo pudiese negarme a oírla. Veráis, en mi pueblo había un castillo, como los hay en muchos municipios y ciudades de España.

  A pesar de haber nacido en una casa colindante al castillo, nunca estuve dentro. Desde mi habitación veía sus arqueados ventanales, y aunque el muro que lo resguardaba era alto, se podían ver las copas de los árboles de su patio. Me imaginaba cómo debían de ser las habitaciones y la decoración de un castillo tan antiguo y con tanta historia, ya que de pequeña escuché que vivieron en él varias generaciones de marqueses. La última familia; los marqueses de Palacios.

El primer dueño fue D. Juan Hurtado de Mendoza, noble caballero, señor de Cañete. Fundó el mayorazgo de esta villa y se la regaló a su hijo D. Luis Hurtado de Mendoza.